Apadrinamiento de elefantes: niños felices de la probóscide

Por la tarde en el Parque Nacional Tsavo East en Kenia. Estoy sentado en un viejo tronco de árbol, observando a dos docenas de gorgojos, elefantes huérfanos que han perdido a sus madres y se han criado aquí en una especie de campamento de arbustos. Experimentarlo siempre es como un milagro para mí. Sé en qué condición lamentable se salvan: traumatizados por la pérdida de la madre, el agujero de bala de una bala de cazador furtivo en la oreja, el extremo del tronco separado de un bucle de trampa. Y ahora brincaban salvajemente a través del polvo marrón rojizo de Tsavo, como si todo esto pareciera olvidado.

Los elefantes no se olvidan.

Si son grandes, se irán y se unirán a los rebaños salvajes, como otros 40 antes que ellos. Este exitoso proyecto de la experta en elefantes Daphne Sheldrick apoya nuestra asociación 'Save the Elephants of Africa e.V.', que mi esposo fundó en 1989. Donamos patrocinios para los huérfanos de elefantes, tomamos fotos, enviamos boletines a los padrinos.



Barbara Voigt

Elefantes, eso fue realmente lo mejor para mi esposo y para mí. Después del trabajo y los fines de semana, escribimos artículos sobre la situación amenazadora de los elefantes o planificamos nuevas campañas de donación. De vacaciones, visitamos a los huérfanos de Tsavo y entregamos a Daphne Sheldrick un cheque. Feliz de hacer al menos un poco por los elefantes. Entonces, hace casi cinco años, murió mi marido. Pero sigo a Kenia. También para él. Y en una noche como esta, sé una vez más por qué.

En el crepúsculo veo en el camino frente a mí un magnífico toro, determinado a tres metros de altura, con poderosos colmillos. Aguanto la respiración. José, el guardián principal, me dice suavemente: 'Ven conmigo. Eso es Dika. Es tan gentil y amable como solía ser ... 'No puedo creerlo. En 1990, mi esposo y yo conocimos a Dika como niños elefantes y luego visitamos Tsavo año tras año. Hasta 1999 está arriba y lejos. Y ahora me encuentro con un toro salvaje, al que de otra forma no me habría atrevido a cruzar la calle. Pero este solo levanta sus orejas suavemente y me mira desde lo alto en pestañas largas y gruesas. Luego le alarga el baúl. Soplo en ella Dika le devuelve el aliento y Joseph le dice con una sonrisa: 'Ya ves, te ha reconocido'. Tengo que aullar. Porque los elefantes no se olvidan. Pero también porque Dika todavía está esperando a mi marido.



PROGRAMA DE APADRINAMIENTO DE NIÑOS P.A.N (Abril 2024).



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